Mi lista de blogs

domingo, 20 de mayo de 2012

Capítulo 22 parte 1. Mi reflejo



Capítulo 22 parte 1. Mi reflejo


Anna



Cuelgo el teléfono sin despedirme. Mi mente está dando vueltas a las últimas palabras que escuché.   

"ya está pago, el ya se encargó de eso"   

¿Qué es lo que había hecho?. No puedo evitar respirar del alivio por muy desconcertada que esté. Había pasado las últimas dos horas contando una y otra vez los billetes de mi caja de ahorros, por mucho que lo hacia las cuentas no cerraban. No me alcanzaba para pagar el alquiler de este mes. Pensé que lo más vergonzoso que iba a tener que hacer hoy era disculparme repetidas veces con la dueña de la casa y esperar a que acepte mi propuesta de pagarle más tarde esta semana.   

Me equivoqué.   

¿Ahora debería ir a pagarle a Elías?. ¿Cómo pudo hacerme una cosa así?. Cuando el dijo que nos ayudaría, esto definitivamente no es lo que yo  tenía en mente. Por muy agradecida que pueda llegar a estar, no puedo permitirle esto. ¿o si?. Después de hablar con el, aquella vez que perdí los estribos en su clase, llegué a pensar que podía dejar que nos ayude. Mi orgullo creía poder aceptarlo en ese momento. Sin embargo, no parece correcto bajo ningún punto. Pagarnos el alquiler de la casa no es su responsabilidad. Me pregunto si Lucas sabe algo del tema. Espero que no. Podría morir de vergüenza si el se entera. No quiero que me vea de esa forma, no quiero su lástima.   

Guardo los pocos ahorros que tengo de nuevo en la caja que escondo bajo el colchón. No paro de pensar en que debería llevárselos todos a Elías, aunque tal vez sería mejor que espere a tener todo lo que falta. Voy a tener que trabajar cada día de la semana si quiero juntar esa cantidad.   

Estoy hecha un lio. Mi cabeza va del papá de Lucas,  a trabajar, y mi supuesto progenitor. El siempre estuvo ausente en mi vida pero nunca había dejando de enviar un cheque de tanto en tanto. No era demasiado pero ayudaba con los gastos.  El mes pasado no había llegado nada, ni tampoco este. ¿Le habría pasado algo o simplemente termino por desaparecer de nuestras vidas?. Supongo que no estoy sorprendida, iba a pasar tarde o temprano. Su presencia fue como una estrella apagándose, siento que termino de morir de alguna forma. No tengo ninguna inclinación a llamarlo, mi orgullo y el poco afecto que le tengo no me lo permiten. Si el no nos quiere, no voy a perseguirlo. No me gusta pensar en su persona, ni tratar de imaginarme como debe de ser ahora aunque siempre termino haciéndolo. Prácticamente mi mente no lo recuerda, podría ser como un millón de personas después de todos estos años. Creo que hay en la casa alguna que otra foto de esos días felices y lejanos  pero hace rato deje de buscarlas. ¿Cuál es el sentido?, es completamente masoquista de mi parte. Pensar en el me pone triste. No solamente por su muy obvio rechazo sino porque en lo muy profundo de mi siento que puedo llegar a ser como el. O peor. Puedo llegar a ser como mi mamá. Los dos habrán sido una pareja terrible, bueno es que no recuerde. El es un témpano y ella, una persona que ama demasiado. Lo único que siempre supe es que mamá lo había querido como a ningún otro hombre, o al menos es lo que siempre ella dice. Fue cuando el se fué que empezaron los problemas, que se convirtió en esto que es hoy. Supongo que lo quería o lo quiere tanto que jamás pudo ver nada mas allá de el. Siento que soy completamente invisible a sus ojos al igual que Layla. ¿Cómo una madre podía elegir un hombre por sobre sus hijas?. Yo no podía terminar siendo ella. Nunca. ¿Pero como no ser lo que llevo en mis venas?, soy hija de un idiota al que ni le importa si existo y  de una madre que elige un hombre antes que a  mi. No tengo muchas opciones, ellos son mi sangre. ¿Qué pasa si por mas que luche contra ello termine siendo como las personas que me dieron la vida?. Después de todo, la sangre es más fuerte. Mi sangre, mi peor enemigo.  

Suspiro dándome por vencida. Veo el reloj, Lucas debe de estar en practica de natación aún. Le prometí que pasaría a buscarlo y que iríamos a caminar o a comer algo. No importa cuantas veces le insistí que no vaya  nadar, decidió ir de todas formas. Tenía que demostrar que nada puede con el. ¡Hombres!. Ya prácticamente no se ve el golpe en la cara y dice que no le duele. Creo que esta bien, sólo que muero del susto cada vez que escucho que le pasa algo. Además de que pasa con una frecuencia alarmante. Tiene esta idea de que puede llevarse el mundo por delante, y lo único que espero es que no se rompa  la cabeza contra la pared en el proceso. Literalmente hablando. Hago un último chequeo antes de salir de casa, mamá sigue encerrada en su habitación con el canal de las compras muy fuerte. Tomo mis llaves y salgo con un entusiasmo que solo el puede generar en mi. No me canso nunca de la idea de tenerlo cerca.  

Entro al gimnasio para darme cuenta que la clase aún no termina. Voy a tener que esperar un rato. Me siento en uno de los bancos tratando de divisar a Lucas entre todos esos chicos que están dentro y fuera de la pileta. Wow. Tengo que decir que todos se ven absolutamente genial en traje de baño, no es una muy mala vista para una chica.  Por lo general, salgo y entro tan rápido del colegio para no tener que tratar con nadie que esto se me pasa desapercibido. Realmente ahora siento que es una estupidez enorme de mi parte. Sonrió sola ante el pensamiento. Logro verlo. Lucas esta dentro de la pileta pero no esta nadando, esta a un costado enseñando algo a un amigo. Mira para el lado de los bancos y sonríe. ¿Va dirigido a mi?. Nunca puedo estar segura. Me doy vuelta y para mi alivio, veo que no hay nadie más sentado. Claro que es para mi. Le devuelvo el gesto y el hace señas para que lo espere. Como si pudiera irme, pienso.  


-Hola -escucho a alguien decir. Casi que salto del susto. Estaba muy perdida en pensamientos que incluían a Lucas y su cuerpo perfecto y mojado para notar al extraño que esta parado en frente mío. Veo que es uno de los chicos del equipo. Alto, delgado y ojos color café. Si digo que no es lindo, estoy mintiendo descaradamente. Creo que lo conozco, alguna vez le preste apuntes de alguna materia. ¿Cómo era su nombre?. Juan, Julián, Joaquín, algo con J seguro.  


-Hola- respondo sin saber que agregar. ¿Necesitaría apuntes de otra materia?. Es para lo único que puede querer hablar conmigo.  


-Nunca te veo por acá, me alegro encontrarte- dice  con mas simpatía de lo que veo en los chicos por lo general. ¿Esta tratando de entablar una conversación conmigo?. Eso es nuevo.  


-No soy muy atlética que digamos.  


-Si yo fuera inteligente como vos ni me molestaría tampoco -contesta. Ok definitivamente quería algo de mi. No me creo ni por un momento que solo vino hasta acá a decirme lo inteligente que soy. No respondo.


-Bueno, resulta que este fin de semana hago una fiesta en mi casa, vienen todos. Te vi acá y pensé que por ahí te gustaría venir.  


-ahhh -solo logro articular. Esto definitivamente no es lo que esperaba. ¿Desde cuando me invitan a fiestas del quipo de natación?. Estoy muy por debajo de su radar. No soy la clase de chica que suelen llevar a sus fiestas.  


-Te dejo mi teléfono, si llegas a venir avisame y te paso la dirección. Espero que puedas -dice dedicándome una sonrisa. Creo mi sorpresa no permite que me sonroje.  


-A ella no le gustan mucho las fiestas -escucho a alguien hablar detrás del moreno divino que tengo adelante mío. Lucas aparece de la nada. Esto va a ser mmmm interesante.  


-Lucas -asiente el chico cuyo nombre aún no recuerdo. 


-Joaquín -le devuelve el saludo Lucas. ¡Joaquín!. Sabía que su nombre era con J.  


-Le decía a Anna de la fiesta del sábado, se que no es mucho de ir a fiestas. Pero, tal vez, cambia de opinión. ¿Ustedes se conocen?- pregunta.  


-Es mi novia -responde Lucas con la cara de piedra- y te puedo apostar que ella no va a cambiar de opinión, pero te agradecemos ambos la invitación.  


WOAAA. El no tiene derecho a hacer eso. Yo puedo rechazar al morocho divino sin su ayuda, no es necesario que venga a marcar su territorio. Joaquín se queda helado por la sorpresa, casi nadie sabe que Lucas y yo, bueno...salimos. No me esperaba que le diga que soy su novia tampoco. Pero últimamente no para de etiquetarme delante de todo el mundo. Al menos esta vez, no fue delante de su papá.  


Si cambias de opinión, tenés mi teléfono -dice Joaquín alejándose. Respiro del alivio porque un minuto mas y creo que Lucas se lo va a comer.   


-No era necesario que hagas eso -reprocho a Lucas mientras el sigue con la mirada al chico que se va.  


-¿Hacer que? -responde con irritación.  


-Marcarme como si fuera ganado, lo hiciste con tu papá el otro día y ahora lo hiciste con el -digo un poco mas fuerte de lo que pretendo.  


-¿Desde cuando decir que sos mi novia es marcarte?.  


-El problema no es que digas que soy tu novia, sino que lo haces para desquitarte con la gente. Le dijiste a ese chico que lo era, solo porque no te gusto verlo charlando conmigo. Casi te lo comes vivo con la mirada. Dios, Lucas. Solo me estaba invitando a una fiesta.  


-Anna te puedo asegurar que el no te estaba invitando a una fiesta. Ese tipo se acuesta con todo lo que camina, creeme no querés ir a una de sus fiestas -dice enojado de repente.  


-¿Es una cuestión de confianza entonces?. ¿No crees que lo pueda manejar?.  


-Claro que te tengo confianza, es de el quien no me fio. No lo quiero cerca de vos punto -concluye. Me quedo mirándolo, bueno es saber que su verdadera personalidad va exteriorizándose. Tanto tiempo viéndolo de lejos sin saber quien era. Supongo que este es el. La muy posesiva parte de el.  


-¿Estás celoso? -pregunto tratando de traer la sensatez que estamos perdiendo.  


-Si, ¿contenta?.  

Ok. No se si sentirme alagada o enojada. Pero estoy dispuesta a dejarlo correr, al menos por hoy. Lo extrañe todo el día y la visión de el en traje de baño, sus ojos verdes mirándome con dureza, me están volviendo loca. No queda nada de mi orgullo, lo sé. Me voy a reprochar mas tarde por eso. Me paro y le doy un beso que lo toma desprevenido. Lo abrazo sin importar empapar mi ropa. El lo devuelve, cruzando sus brazos por mi espalda. 


-Te extrañe -consigo decir en medio de sus besos.  


-No tanto como yo- responde.  

------  


Vuelvo a casa con una estúpida sonrisa en mi cara. Es el efecto que el tiene en mi. Pasaría toda la tarde con su compañía pero ambos tenemos que trabajar. El había aceptado hacer algunos envíos y yo tengo el turno de la tarde en la cafetería. Necesito todas las horas extras de trabajo, tengo que pagarle a Elías de cualquier forma y rápido. Lucas no mencionó nada del asunto hoy, por lo que me hace pensar que no sabe nada.  O tal vez si lo sabe pero no quiere decilo. No estoy segura.   
Tengo que pasar a buscar a Layla de su clase de danza y traerla a casa. Se va a tener que quedar un rato sola hoy. Ni bien entro miro la pila de platos que hay para lavar, suspiro. No tengo  tiempo ahora así que será mas tarde. No importa cuanto trate de abarcar todo, no alcanza las horas del día para hacer todo lo que debo. Si lavo la ropa no hago la tarea, si hago la tarea no ayudo a Layla con la suya. No tiene fin la lista de quehaceres.   

El sonido de voces en uno de los cuartos llama mi atención, por un momento pienso que es el televisor de mamá pero a medida que sigo escuchando estoy segura que son voces de personas. No quiero asustarme si no es absolutamente necesario. Camino hacia el lado de los cuartos, una es la voz de mamá. Logro distinguirla, pero ¿Quién es la otra persona con ella?. Por un momento tengo miedo que sea alguno de sus ex, aunque los gritos y golpes los hubieran delatado. Me acerco y quedo pegada a la puerta indecisa sobre irrumpir en la habitación o quedarme escuchando. Descubro que tengo un poco de miedo, ¿Quién esta con ella?.


"ES MI DERECHO TAMBIÉN"  

Las palabras se escuchan en un grito de enojo y frustración. Lo peor es que se de quien vienen ahora. Elias abre la puerta del cuarto preparado para salir sin mirar atrás. Casi choca conmigo, no había visto que estoy petrificada delante de la puerta. No se si me asusta mas la idea de que alguno de los ex venga de nuevo a esta casa o que realmente sea el, la persona que salga de la habitación. La palabra sorpresa se vuelve poca cosa en este momento.  


-Anna, perdón no te vi. ¿Estás bien? -pregunta. Asiento sin pronunciar palabra. El corazón me late como si estuviera dando un concierto de rock en vivo y en directo. Lo veo mirarme por un momento y luego asiente y camina hacia la puerta dejándome completamente desorientada. Veo a mamá dentro del cuarto que se dirige hacia al baño enojada.  


Me estoy perdiendo de algo acá, lo sé.  




Capítulo 21 parte 2. La verdad duele.



 Capítulo 21 parte 2. La verdad duele. 

Lucas

No se cuanto tiempo estoy sentado afuera. El atardecer va cediendo su lugar a la noche y veo aparecer las primeras estrellas en el cielo. Siento el frio recorrer mi cuerpo pero no quiero moverme. Tengo miedo de cruzar el lumbral de esta casa y no querer volver nunca más. Si bien con el tiempo llega cierta calma y razón, la sensación de rabia es reemplazada por un vacío que me hiela el pecho. Cuando papá tira un abrigo en mi espalda y se sienta a mi lado, no volteo para verlo. Es como mirar a un espejo. Y aunque hay tantas cosas que quiero decir, que quiero saber, no encuentro la fuerza para poder preguntar. Debe ser alguna parte inconsciente que no quiere recibir mas información de lo que puede procesar. 


-Todavía no empezaste a gritar -digo en apenas un susurro. Conversar se vuelve un esfuerzo físico que duele. 


-¿Debería hacerlo?- pregunta. 


-Esperaba que lo hicieras. Ya sabes, ese pequeño detalle de que tus dos hijos están saliendo -contesto aun mirando al frente. Puedo sentir que reacciona a la palabra hijos. No soy el único al parecer que se asusta con la idea. 


-Todavía estoy a tiempo -me da una mirada de complicidad. ¿Disfruta tomarme el pelo inclusive ahora?- llegué a una conclusión con respeto a eso. 


-¿Es algo que vas a compartir o es otra cosa más que te vas a callar diecisiete años? -ahora si nos estamos mirando y se que estoy yendo mas allá del límite en que un hijo puede hablarle a un padre pero mi boca no parece ir acorde con mi cabeza...o si. Yo, la persona que siempre calla, estoy diciendo todo lo que siento y no estoy reparando en sentimientos ajenos. Bien. 


Papá parece tomar mis palabras con naturalidad, como si le estuviera preguntando la hora. 
-Estuve pensando mucho en eso recién-finalmente dice- Como te veo actuar desde hace un tiempo, y a la vez desde siempre. El Lucas que yo conozco no pierde en nada. No porque tengas un alma competitiva sino porque sos un ganador nato. Sos alguien que el resto admira aunque a vos te pase desapercibido. La persona que yo conozco no deja que nadie, ni siquiera su hermano, le gane en una pelea. El que veo últimamente no es ese Lucas. Dejaste que Esteban te pegue sin siquiera defenderte. 


-No es así, yo solo di la vuelta... 


-Shhhh. Termina de escucharme al menos. Vos nunca estas desprevenido. Si el te pego es porque, de alguna manera, dejaste que lo haga. Y si así fue es porque creías que lo merecías Lucas. Eso se llama culpa. Y todo esto que estuvo pasando tiene que ver con lo mismo, vos creyendo que te mereces que te pasen cosas malas. Pero dejame decirte algo, estas lejos de ser la persona que soy yo. No hay ninguno de mis defectos en vos, solo veo cosas maravillosas cuando te miro. No desearía ningún otro hijo que no sea el que tengo adelante mio. En cuanto a Anna, bueno, te gusta. Puedo verlo. No es el fin del universo, no sos el diablo por eso. No significa que este feliz con la idea tampoco...pero creo que hay otras cosas que arreglar antes de que volvamos a ese tema. 


Lo miro porque seguir con la vista fija al cielo ya no es una opción. No si lo escucho decir esto. Casi que creo que hubiera estado mejor que grite y me eche de la casa, así sentiría alivio con mi muy confundido y aturdido ser al menos. ¿tendría que sentirme mejor?. Todo lo que salió de su boca es lo que quería escuchar pero no tiene el efecto que esperaba que tenga. Me desconcierta al mismo tiempo lo mucho que cree conocerme, lo mucho que si me conoce supongo. ¿Me sentía culpable?. Claro que sí, mas de lo que el tal vez se imagina. Porque solo yo se lo que significa Anna para mi. 


-Nadie es perfecto, Lucas. No significa que seamos malas personas por eso -concluye. 
Definitivamente no soy perfecto, no soy esa figura superpoderosa que todos creen que soy, lo se. Tal vez si pudiera aceptar que eso no es algo horrible de una vez, todo sería mas fácil.  


-¿Es eso lo que te repetis para sentirte mejor con vos mismo?- puedo ver su cara llena de dolor. Eso fue sin anestesia, me doy cuenta. Pero cuando te abris a una persona, supongo que no existen filtros.


-Esa es la verdad, por muy pobre excusa que suene. Lo bueno es que, a pesar de que me equivoque y tome muy malas decisiones, sé que vos vas a hacerlo mejor que yo. Puedo ver en la persona que te convertiste, no quisiera que fueras diferente en nada.


Suspiro. Es muy dificil seguir enojado con el, es dificil odiar en una sola dirección. Punto. Es como bailar solo un tango. Completamente sin sentido.


-¿Sabés que tenes que decirle la verdad no?, ya es hora- digo finalmente. Porque me doy cuenta que el alivio que necesito solo va a provenir de esa ultima verdad. Es a ella a quien no quiero lastimar, a la única que no quiero ocultar secretos. 


-Lo sé, ¿es eso lo que querés? 


-Es lo que debes hacer, no importa si me gusta o no-contesto muy a pesar. 




miércoles, 9 de mayo de 2012



Capítulo 21 La verdad duele. Parte 1 



Estamos en la sala de espera del hospital aguardando a que el medico vuelva con el resultado de la radiografía. Me había revisado y después de darme un sermón de  lo muy seguido que estoy apareciendo en la sala de emergencias, dijo que casi todo parecía bien y que probablemente después de ver los resultados del estudio iba a poder ir a casa. Papá no me dirigió palabra en todo el camino salvo para preguntarme si mi cabeza dolía o si estaba mareado. Esto no es lo que tenía en mente que ocurriría. Presentar a Anna como mi novia no fue predeterminado, no estoy seguro ni a esta altura que fue lo que se apoderó de mi. No lo había hecho a propósito, y aún así sonó como un acto de rebeldía. No me estaba revelando de papá ni de nadie, salvo de mi mismo. Me di cuenta, tal vez muy tarde, que probablemente lo había hecho sólo para saber que podía. Para no ser, por primera vez, un cobarde. Quería saber que se siente ser despreocupado y libre. Sólo ahora puedo ver las dimensiones de mi decisión. Una tremenda estupidez por donde se vea. Otra más. 

Mientras papá aparenta estar muy interesado en una revista, tomo el celular para ver si hay mensajes. Anna notó, muy a mi pesar, de que algo no estaba bien. Papá prácticamente me arrastro hasta el vestuario en cuanto le dije que era mi novia. Ni decir de que tampoco le gusto la idea de que contara lo nuestro sin preguntarle antes, ella no esta muy feliz conmigo en estos momentos.  No es la única. Que se una al club. 

*Estas enojada?* -texteo. Cuanto los segundos mientras espero la respuesta. 

*no, aunque podrías haberme consultado antes!!! te volviste loco?*  

*Fue algo del momento, perdoname. No fue la mas brillante de mis ideas :(*  

*a tu papá no le gusto nada, creo que no me quiere cerca de tuyo*  

No te das una idea, pienso. Casi que esperaba escuchar los gritos en ese instante, aún no entiendo porque no lo hizo. Este silencio es mucho peor, no se donde puede llegar a terminar. No porque piense que el puede separarme de Anna, la única que puede hacer que me aleje es ella. No hay otra persona en el planeta que me va impedir quererla, es un hecho. No es un amorío adolescente que se va en unos meses, no es capricho.  Es la espina que tengo clavada desde que me ofreció ese caramelo asqueroso hace no se cuantos años. Es mi única certeza, lo único real. Y lo más importante, es una espina de la cual no me pienso deshacer. Va a hacer mi amor y mi tortura hasta que no quede nada de mi. Ahora es a todo o nada. 


*al revés, es a mi al que no quiere cerca tuyo. El te aprecia, lo sabes* -Lo mas cerca de la verdad que puedo decirle. Cuando pienso en todas las veces que le mentí me dan ganas de vomitar. 
  

Espero que me perdones algún día.  


*Te amo*- escribo, porque es lo único cierto en todo este embrollo. Sólo puedo esperar que ella  en algún lugar sienta algo parecido por mi.  


*Yo también te amo! (como si no lo supieras)* - no puedo evitar sonreír. Guardo el mensaje en la memoria del celular porque tengo el terrible presentimiento que es lo último que voy a saber de ella.  


La vuelta es casi un deja vu de la ida. Papá sólo se dedica a manejar y mirar al frente. ¿Me esta castigando con su silencio o algo así?, no pienso ser el que saque de nuevo el tema. Yo ya había tenido mi propia dosis de valentía y...estupidez por un día. No hay espacio para mas. Si el quiere decir algo, entonces que use las palabras. No me gusta la idea de tener que leer su lenguaje corporal o medir sus silencios. Aunque pensándolo bien, eso es exactamente lo que yo hago siempre y el vive recriminándome. Odio saber lo parecidos que somos.  

Llegamos a casa y salgo del auto sin hablarle, pienso en ir directo a mi cuarto. La cabeza me da vueltas, no se si del golpe o soy solo yo pero el dolor casi no me deja ver. Es insoportable.  


-Lucas espera, tenemos que hablar - Acá vamos. ¿Realmente quiero esto?,¿Me va a repudiar y no querer ver nunca más?. Es mi papá, no importa cuanto se equivoque, no quiero que me odie. Ahora, en este instante puedo verlo.  


-¿De qué? -pregunto casi con miedo.  


-Es obvio ¿no? , de Anna y vos.  


-¿Qué hay con eso?- pregunto fingiendo una indiferencia que no siento.  


-¿Te pensas que ignoro que sabes que ella es tu hermana?. Se más de lo que vos crees Lucas. 


¿QUEEEEEEEEEEEE? Si existen los momentos en cámara lenta como los que suceden en las películas, este es definitivamente uno de ellos. Quedo inmóvil delante de el sin articular palabra. 


-Guardate las recriminaciones para después, no nos van a llevar a ningún lado. Sentate porque, al parecer, vos y yo somos más parecidos de que lo que vos crees. 


- No nos parecemos en nada, creeme - un alivio que me haya acordado como hablar. Siento como la ira  va subiendo por mi cuerpo, casi tanto que no puedo controlar mi reacción. 


-Sentate de una vez Lucas -dice con la misma voz monótona que utiliza para enseñar como se construyo el imperio romano. 


-¿Me estas cargando?, ¿me estás diciendo que vos todo el tiempo supiste que yo sabia?. ¡Dios santo!, hasta parece un maldito trabalenguas esto. ¿Qué mierda te pensas que soy?, todos esos discursos interminables sobre ser honestos uno con el otro ¿y no podes simplemente mirarme y decirme que tenes una hija con alguien que vive a dos pasos nuestro?.  


-Vos tampoco dijiste nada - señala. 


-¡PORQUE ESPERABA QUE FUERA UNA MALDITA MENTIRA! -no me doy cuenta que estoy gritando salvo por su reacción. El está tan calmado que me da asco, creo que pretende extender esa tranquilidad a mi. Camino en círculos en la cocina porque no estoy seguro de donde dirigirme, no estoy seguro si dejarlo o quedarme. Quiero saberlo todo pero a la vez viviría mas feliz no sabiendo nada. 


-No es mentira, ella es mi hija. Aunque creo que vos ya sabes eso. Que no quieras verlo no significa que no sea verdad- nuestras miradas ahora si conectaron, mis mismos ojos verdes. Dios, era como mirarme a mi mismo. Claro que no quería verlo, ¿qué persona querría saber que su padre es un mentiroso y que la chica de tus sueños comparte tu ADN? 


- Mamá nos los conto antes, antes…de que se vaya- digo incomodo, por primera vez tratando de conversar con el- Ella no quería que te odiemos por eso, nos pidió que te perdonemos cuando llegue el momento 
. 

-Lo se, me lo contó -sus ojos parecen tristes, casi tan tristes como los míos. Aún así siento que puedo estallar en cualquier momento a gritos por la rabia que estoy conteniendo en algún lugar dentro mío. 


-¿Por qué no nos lo dijiste?, ella no tenía porque hacerlo. Era tu historia para contar, yo hubiera preferido escucharlo por vos y aún así…sabias que yo conocía toda la verdad y dijiste nada, ¿Qué clase de cobarde se supone que sos? -El sigue manteniendo la misma postura, mis palabras no parecen enojarlo o herirlo. Me molesta, quiero que sienta la frustración que yo estoy sintiendo. Quiero herirlo. 


-Es una historia larga Lucas, que espero que en algún momento me dejes contarte, a veces no todo es tan fácil como se ve. 


-Quiero odiarte por esto. 


-Y si lo haces no te culpo. ¿Es por eso que salís con ella?, ¿Es porque estás enojado conmigo? -mi expresión se hace de piedra. Frase equivocada, momento equivocado. 


-¿Realmente me conoces algo o estabas tan preocupado en esconder todos tus trapos sucios que jamás te paraste un segundo a ver quien es tu hijo?. Anna es dulce, brillante, la persona más noble que conozco. 


-Claro que si pero tal vez como sabias que… 


-¡YO LA AMO! -mi voz resuena en toda la cocina- HASTA VOS QUE SOS UN MALDITO MENTIROSO QUE NO QUIERE A NADIE DEBERIA PODER VERLO. 


Salgo de la cocina porque no estoy seguro de que alcance el oxigeno para los dos ahí adentro. La ira me lleva sin darme cuenta y termino en el jardín sentado en el suelo, respirando tan pesadamente que creo que todos los vecinos pueden escucharme. 


Lo estoy perdiendo. . . 

…Te estoy perdiendo Anna