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domingo, 20 de mayo de 2012

Capítulo 22 parte 1. Mi reflejo



Capítulo 22 parte 1. Mi reflejo


Anna



Cuelgo el teléfono sin despedirme. Mi mente está dando vueltas a las últimas palabras que escuché.   

"ya está pago, el ya se encargó de eso"   

¿Qué es lo que había hecho?. No puedo evitar respirar del alivio por muy desconcertada que esté. Había pasado las últimas dos horas contando una y otra vez los billetes de mi caja de ahorros, por mucho que lo hacia las cuentas no cerraban. No me alcanzaba para pagar el alquiler de este mes. Pensé que lo más vergonzoso que iba a tener que hacer hoy era disculparme repetidas veces con la dueña de la casa y esperar a que acepte mi propuesta de pagarle más tarde esta semana.   

Me equivoqué.   

¿Ahora debería ir a pagarle a Elías?. ¿Cómo pudo hacerme una cosa así?. Cuando el dijo que nos ayudaría, esto definitivamente no es lo que yo  tenía en mente. Por muy agradecida que pueda llegar a estar, no puedo permitirle esto. ¿o si?. Después de hablar con el, aquella vez que perdí los estribos en su clase, llegué a pensar que podía dejar que nos ayude. Mi orgullo creía poder aceptarlo en ese momento. Sin embargo, no parece correcto bajo ningún punto. Pagarnos el alquiler de la casa no es su responsabilidad. Me pregunto si Lucas sabe algo del tema. Espero que no. Podría morir de vergüenza si el se entera. No quiero que me vea de esa forma, no quiero su lástima.   

Guardo los pocos ahorros que tengo de nuevo en la caja que escondo bajo el colchón. No paro de pensar en que debería llevárselos todos a Elías, aunque tal vez sería mejor que espere a tener todo lo que falta. Voy a tener que trabajar cada día de la semana si quiero juntar esa cantidad.   

Estoy hecha un lio. Mi cabeza va del papá de Lucas,  a trabajar, y mi supuesto progenitor. El siempre estuvo ausente en mi vida pero nunca había dejando de enviar un cheque de tanto en tanto. No era demasiado pero ayudaba con los gastos.  El mes pasado no había llegado nada, ni tampoco este. ¿Le habría pasado algo o simplemente termino por desaparecer de nuestras vidas?. Supongo que no estoy sorprendida, iba a pasar tarde o temprano. Su presencia fue como una estrella apagándose, siento que termino de morir de alguna forma. No tengo ninguna inclinación a llamarlo, mi orgullo y el poco afecto que le tengo no me lo permiten. Si el no nos quiere, no voy a perseguirlo. No me gusta pensar en su persona, ni tratar de imaginarme como debe de ser ahora aunque siempre termino haciéndolo. Prácticamente mi mente no lo recuerda, podría ser como un millón de personas después de todos estos años. Creo que hay en la casa alguna que otra foto de esos días felices y lejanos  pero hace rato deje de buscarlas. ¿Cuál es el sentido?, es completamente masoquista de mi parte. Pensar en el me pone triste. No solamente por su muy obvio rechazo sino porque en lo muy profundo de mi siento que puedo llegar a ser como el. O peor. Puedo llegar a ser como mi mamá. Los dos habrán sido una pareja terrible, bueno es que no recuerde. El es un témpano y ella, una persona que ama demasiado. Lo único que siempre supe es que mamá lo había querido como a ningún otro hombre, o al menos es lo que siempre ella dice. Fue cuando el se fué que empezaron los problemas, que se convirtió en esto que es hoy. Supongo que lo quería o lo quiere tanto que jamás pudo ver nada mas allá de el. Siento que soy completamente invisible a sus ojos al igual que Layla. ¿Cómo una madre podía elegir un hombre por sobre sus hijas?. Yo no podía terminar siendo ella. Nunca. ¿Pero como no ser lo que llevo en mis venas?, soy hija de un idiota al que ni le importa si existo y  de una madre que elige un hombre antes que a  mi. No tengo muchas opciones, ellos son mi sangre. ¿Qué pasa si por mas que luche contra ello termine siendo como las personas que me dieron la vida?. Después de todo, la sangre es más fuerte. Mi sangre, mi peor enemigo.  

Suspiro dándome por vencida. Veo el reloj, Lucas debe de estar en practica de natación aún. Le prometí que pasaría a buscarlo y que iríamos a caminar o a comer algo. No importa cuantas veces le insistí que no vaya  nadar, decidió ir de todas formas. Tenía que demostrar que nada puede con el. ¡Hombres!. Ya prácticamente no se ve el golpe en la cara y dice que no le duele. Creo que esta bien, sólo que muero del susto cada vez que escucho que le pasa algo. Además de que pasa con una frecuencia alarmante. Tiene esta idea de que puede llevarse el mundo por delante, y lo único que espero es que no se rompa  la cabeza contra la pared en el proceso. Literalmente hablando. Hago un último chequeo antes de salir de casa, mamá sigue encerrada en su habitación con el canal de las compras muy fuerte. Tomo mis llaves y salgo con un entusiasmo que solo el puede generar en mi. No me canso nunca de la idea de tenerlo cerca.  

Entro al gimnasio para darme cuenta que la clase aún no termina. Voy a tener que esperar un rato. Me siento en uno de los bancos tratando de divisar a Lucas entre todos esos chicos que están dentro y fuera de la pileta. Wow. Tengo que decir que todos se ven absolutamente genial en traje de baño, no es una muy mala vista para una chica.  Por lo general, salgo y entro tan rápido del colegio para no tener que tratar con nadie que esto se me pasa desapercibido. Realmente ahora siento que es una estupidez enorme de mi parte. Sonrió sola ante el pensamiento. Logro verlo. Lucas esta dentro de la pileta pero no esta nadando, esta a un costado enseñando algo a un amigo. Mira para el lado de los bancos y sonríe. ¿Va dirigido a mi?. Nunca puedo estar segura. Me doy vuelta y para mi alivio, veo que no hay nadie más sentado. Claro que es para mi. Le devuelvo el gesto y el hace señas para que lo espere. Como si pudiera irme, pienso.  


-Hola -escucho a alguien decir. Casi que salto del susto. Estaba muy perdida en pensamientos que incluían a Lucas y su cuerpo perfecto y mojado para notar al extraño que esta parado en frente mío. Veo que es uno de los chicos del equipo. Alto, delgado y ojos color café. Si digo que no es lindo, estoy mintiendo descaradamente. Creo que lo conozco, alguna vez le preste apuntes de alguna materia. ¿Cómo era su nombre?. Juan, Julián, Joaquín, algo con J seguro.  


-Hola- respondo sin saber que agregar. ¿Necesitaría apuntes de otra materia?. Es para lo único que puede querer hablar conmigo.  


-Nunca te veo por acá, me alegro encontrarte- dice  con mas simpatía de lo que veo en los chicos por lo general. ¿Esta tratando de entablar una conversación conmigo?. Eso es nuevo.  


-No soy muy atlética que digamos.  


-Si yo fuera inteligente como vos ni me molestaría tampoco -contesta. Ok definitivamente quería algo de mi. No me creo ni por un momento que solo vino hasta acá a decirme lo inteligente que soy. No respondo.


-Bueno, resulta que este fin de semana hago una fiesta en mi casa, vienen todos. Te vi acá y pensé que por ahí te gustaría venir.  


-ahhh -solo logro articular. Esto definitivamente no es lo que esperaba. ¿Desde cuando me invitan a fiestas del quipo de natación?. Estoy muy por debajo de su radar. No soy la clase de chica que suelen llevar a sus fiestas.  


-Te dejo mi teléfono, si llegas a venir avisame y te paso la dirección. Espero que puedas -dice dedicándome una sonrisa. Creo mi sorpresa no permite que me sonroje.  


-A ella no le gustan mucho las fiestas -escucho a alguien hablar detrás del moreno divino que tengo adelante mío. Lucas aparece de la nada. Esto va a ser mmmm interesante.  


-Lucas -asiente el chico cuyo nombre aún no recuerdo. 


-Joaquín -le devuelve el saludo Lucas. ¡Joaquín!. Sabía que su nombre era con J.  


-Le decía a Anna de la fiesta del sábado, se que no es mucho de ir a fiestas. Pero, tal vez, cambia de opinión. ¿Ustedes se conocen?- pregunta.  


-Es mi novia -responde Lucas con la cara de piedra- y te puedo apostar que ella no va a cambiar de opinión, pero te agradecemos ambos la invitación.  


WOAAA. El no tiene derecho a hacer eso. Yo puedo rechazar al morocho divino sin su ayuda, no es necesario que venga a marcar su territorio. Joaquín se queda helado por la sorpresa, casi nadie sabe que Lucas y yo, bueno...salimos. No me esperaba que le diga que soy su novia tampoco. Pero últimamente no para de etiquetarme delante de todo el mundo. Al menos esta vez, no fue delante de su papá.  


Si cambias de opinión, tenés mi teléfono -dice Joaquín alejándose. Respiro del alivio porque un minuto mas y creo que Lucas se lo va a comer.   


-No era necesario que hagas eso -reprocho a Lucas mientras el sigue con la mirada al chico que se va.  


-¿Hacer que? -responde con irritación.  


-Marcarme como si fuera ganado, lo hiciste con tu papá el otro día y ahora lo hiciste con el -digo un poco mas fuerte de lo que pretendo.  


-¿Desde cuando decir que sos mi novia es marcarte?.  


-El problema no es que digas que soy tu novia, sino que lo haces para desquitarte con la gente. Le dijiste a ese chico que lo era, solo porque no te gusto verlo charlando conmigo. Casi te lo comes vivo con la mirada. Dios, Lucas. Solo me estaba invitando a una fiesta.  


-Anna te puedo asegurar que el no te estaba invitando a una fiesta. Ese tipo se acuesta con todo lo que camina, creeme no querés ir a una de sus fiestas -dice enojado de repente.  


-¿Es una cuestión de confianza entonces?. ¿No crees que lo pueda manejar?.  


-Claro que te tengo confianza, es de el quien no me fio. No lo quiero cerca de vos punto -concluye. Me quedo mirándolo, bueno es saber que su verdadera personalidad va exteriorizándose. Tanto tiempo viéndolo de lejos sin saber quien era. Supongo que este es el. La muy posesiva parte de el.  


-¿Estás celoso? -pregunto tratando de traer la sensatez que estamos perdiendo.  


-Si, ¿contenta?.  

Ok. No se si sentirme alagada o enojada. Pero estoy dispuesta a dejarlo correr, al menos por hoy. Lo extrañe todo el día y la visión de el en traje de baño, sus ojos verdes mirándome con dureza, me están volviendo loca. No queda nada de mi orgullo, lo sé. Me voy a reprochar mas tarde por eso. Me paro y le doy un beso que lo toma desprevenido. Lo abrazo sin importar empapar mi ropa. El lo devuelve, cruzando sus brazos por mi espalda. 


-Te extrañe -consigo decir en medio de sus besos.  


-No tanto como yo- responde.  

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Vuelvo a casa con una estúpida sonrisa en mi cara. Es el efecto que el tiene en mi. Pasaría toda la tarde con su compañía pero ambos tenemos que trabajar. El había aceptado hacer algunos envíos y yo tengo el turno de la tarde en la cafetería. Necesito todas las horas extras de trabajo, tengo que pagarle a Elías de cualquier forma y rápido. Lucas no mencionó nada del asunto hoy, por lo que me hace pensar que no sabe nada.  O tal vez si lo sabe pero no quiere decilo. No estoy segura.   
Tengo que pasar a buscar a Layla de su clase de danza y traerla a casa. Se va a tener que quedar un rato sola hoy. Ni bien entro miro la pila de platos que hay para lavar, suspiro. No tengo  tiempo ahora así que será mas tarde. No importa cuanto trate de abarcar todo, no alcanza las horas del día para hacer todo lo que debo. Si lavo la ropa no hago la tarea, si hago la tarea no ayudo a Layla con la suya. No tiene fin la lista de quehaceres.   

El sonido de voces en uno de los cuartos llama mi atención, por un momento pienso que es el televisor de mamá pero a medida que sigo escuchando estoy segura que son voces de personas. No quiero asustarme si no es absolutamente necesario. Camino hacia el lado de los cuartos, una es la voz de mamá. Logro distinguirla, pero ¿Quién es la otra persona con ella?. Por un momento tengo miedo que sea alguno de sus ex, aunque los gritos y golpes los hubieran delatado. Me acerco y quedo pegada a la puerta indecisa sobre irrumpir en la habitación o quedarme escuchando. Descubro que tengo un poco de miedo, ¿Quién esta con ella?.


"ES MI DERECHO TAMBIÉN"  

Las palabras se escuchan en un grito de enojo y frustración. Lo peor es que se de quien vienen ahora. Elias abre la puerta del cuarto preparado para salir sin mirar atrás. Casi choca conmigo, no había visto que estoy petrificada delante de la puerta. No se si me asusta mas la idea de que alguno de los ex venga de nuevo a esta casa o que realmente sea el, la persona que salga de la habitación. La palabra sorpresa se vuelve poca cosa en este momento.  


-Anna, perdón no te vi. ¿Estás bien? -pregunta. Asiento sin pronunciar palabra. El corazón me late como si estuviera dando un concierto de rock en vivo y en directo. Lo veo mirarme por un momento y luego asiente y camina hacia la puerta dejándome completamente desorientada. Veo a mamá dentro del cuarto que se dirige hacia al baño enojada.  


Me estoy perdiendo de algo acá, lo sé.  




1 comentario:

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