Mi lista de blogs

miércoles, 9 de mayo de 2012



Capítulo 20. Tan rápido, tan lejos. PARTE 2 

Lucas 

Me cambio con rapidez y salgo del vestuario. No importa lo que haga, es muy notorio de que llego tarde. Otra vez. Sé que voy a tener que escuchar al coach de nuevo. Lo peor es que no tengo ni una excusa respetable para darle. Este mes ya había llegado tarde tres veces y faltado dos. No está muy feliz conmigo que digamos. Como capitán del equipo es mi obligación llegar antes que los demás.  
Nadar siempre había sido mi hobby preferido, mi distracción, mi libertad y la oportunidad de escapar por un momento de la rutina diaria. La mejor parte de mi día. Y si bien eso no había cambiado de alguna forma, se me ocurrían diez cosas mejores que podría hacer con este tiempo. Todas las incluyen a Anna.  

Miro el tablero, ufffff hoy nos toca velocidad. No estoy en uno de los mejores días para eso, mi concentración esta fallando y mi estado físico apesta. Estuve despierto toda la noche y la falta de descanso empieza a pasarme factura. Espero que Anna se haya podido acostar un rato, al parecer, somos dos los que no dormimos bien de noche. Inmediatamente llegan a mi mente imágenes de ella durmiendo en mis brazos. ¿Estoy sonriendo como bobo sin darme cuenta?. Probablemente, ella saca esas reacciones en mi. Podría mirarla dormir para siempre, cada noche de mi vida. Es un ángel. Lo único que me preocupa es que no consiga la tranquilidad que necesita ni en sueños. No soporto verla tan abrumada y confundida, para eso estoy yo. Dos adolescentes torturados y traumados sería demasiado. Todo es demasiado, pienso. Se que hay mas que no está diciendo pero ¿Quién soy yo para obligarla a contar aquello que no quiere?. No tengo ningún derecho. Ya habíamos estado ahí, ya me había vuelto paranoico y desesperado por explicaciones. Casi termino destruyendo lo que tenemos, no hay forma que vuelva a hacer eso de nuevo. Me prometí ser mas paciente y confiar en lo que sea que ella siente por mi. Si lo que necesita es que me quede despierto y  la abrace hasta que consiga dormirse, eso es exactamente lo que voy a hacer. Además, yo no la paso tan mal ante esa perspectiva tampoco.  

Me duele la cabeza y no se si es por la falta de sueño o por la ida y vuelta de problemas que no puedo resolver. Saludo a un par de amigos que esperan su turno para entrar al agua igual que yo. Los que están en la pileta ya van por su segunda vuelta.  
Aliento a aquellos que lo necesitan y felicito a los que logran superar sus marcas. Es lo que se supone que hace un capitán, un líder. Es raro, siempre lo sentí así. No soy ejemplo de nada, me asombra y a la vez confunde que los demás vean en mi esta figura que lo puede todo. Si ellos supieran...  

Me preparo para entrar mientras algunos terminan de salir del agua. Miro a los costados y veo mi competencia, me alinearon con algunos de los mejores. No estoy para desafios hoy pero no pienso mucho en eso. Sigo siendo el más rápido del equipo. Sé que no voy a mejorar mi marca tampoco, no hoy al menos. Pero puedo perdonármelo, tengo el mejor tiempo de todo el colegio. Podría pensar en superarlo mañana o pasado. Siento la bocina y me tiro al agua. La adrenalina empieza a correr por mis venas, a veces olvido lo que se siente estar en el agua. Por un momento, logro olvidarme del sueño y lo cansado que estoy. Es tan fácil perderme en mi mismo mientras nado, es libertad absoluta. Solo cuando lo hago como ahora me doy cuenta de porque me gusta tanto. Sinceramente no entiendo porque a Anna le da tanto miedo. Tal vez debería enseñarle a nadar o podría llevarla al mar de nuevo como aquella vez. Si no la mato caminar por la orilla, tampoco lo va a hacer si la llevo un poco mas lejos. Sonrió ante la idea. Por ahí podríamos ir a hacer otro picnic, esta semana o la que viene. Después de los exámenes, no porque yo vaya a estudiar mucho pero se que es importante para ella.  

Una punzada en el pecho viene a mi de la nada. No es dolor sino una ligera molestia. Es la realidad que me asalta sin previo aviso. ¿Qué se supone que estoy haciendo?. Estoy planeando a futuro cuando en realidad se que ella no va a personarme por esto. ¿Qué es lo que va a decir cuando le cuente la verdad?, no puedo esperar que tome mi mano y lo acepte. Increíblemente estúpido de mi parte. Sé que le tengo que contar todo desde el principio porque seguir mintiendo ya no es una opción. Lo había decidido. Pero nunca pensé el después. Ella se va a enojar o alejar. O peor aún. Ella me va a odiar. Simplemente lo sé. Había seducido y casi llevado a la cama a mi propia hermana, ¿Cómo se puede esperar que reaccione?. El puñetazo de Esteban no parece tan grave ahora. La punzada en mi pecho se intensifica, es el miedo, estoy seguro. Miedo porque no puedo aceptar que ella vaya a odiarme. No estoy seguro si sigo nadando o no, ni siquiera se donde estoy.   

Para cuando siento el golpe en la cara, la razón ya había abandonado mi cuerpo.  


Estoy vagando en un sueño intranquilo. Escucho personas hablar de fondo, quiero que se callen. No quiero escuchar, no quiero sentir. Pero a medida voy recuperando el tren de mis pensamientos, los sonidos se hacen mas fuerte y las personas parecen mas cerca. Me doy cuenta de que tengo frio porquee stoy completamente mojado y la cabeza parece que va a explotarme. Dándome por vencido abro los ojos.   


-Gracias a dios, ¿Me queres explicar por que sos vos el que siempre termina inconsciente?.


Ufffff ¿Quién lo había llamado?, lo último que necesito es estar cerca de el en estos momentos. Varias ideas van volviendo a mi mente todas juntas, hacen que mi cabeza duela peor. Anna, agua, Anna y otra vez Anna. Trato de levantarme y me doy cuenta que no puedo. Alguien había me envuelto con varias toallas para que no tuviera frio supongo. Logro divisar a algunos de mis amigos alrededor y mi coach, al igual que su asistente, hablando por teléfono un poco mas atrás. Dios, soy un personaje de circo. Odio ser el entro de atención y últimamente me había convertido en toda una atracción principal. Genial.  


-Quedate acostado y dejame que te vea el golpe. Están llamando a la ambulancia pero me parece que vamos a hacer mas rápido si yo te llevo al hospital.  


-Papá estoy bien, no tenemos que ir a ningún lado -digo tratando de ocultar mi exasperación. Quiero salir de acá lo más rápido posible.  


-Es una pena porque el que toma las decisiones soy yo Lucas, ¿Te acordas de lo que paso? -pregunta. Por un momento considero en pararme y salir corriendo. Pero no estoy seguro de que mis piernas lo logren. Además de la cara de preocupación de papá, no soporto verlo así. Hace que me sienta peor. Me doy cuenta de que sigo sin responderle, sus ojos verdes me miran esperando por alguna explicación. Solo recuerdo estar pensando en Anna, y lo que viene con ella. Respiro hondo, no quiero traer eso ahora. Una cosa a la vez.  


-Estaba nadando, eso es todo lo que sé- digo y con su ayuda me siento. Estoy muerto de frio.  


-Aparentemente te quedaste inmóvil en la pileta, nadie sabe que te paso. Uno de los asistentes salto para ir a buscarte pero antes de que llegara uno de tus compañeros te pateo sin darse cuenta. No estabas nadando, solo te quedaste en el medio del camino. Los que estaban compitiendo no te vieron- concluye.   


-¿Podemos ir a casa?- no tengo mucho para decir. Recuerdo casi todo lo que relató, lo único que no logre ver fue el momento en que recibí la patada. Supongo que eso me pasa por quedarme como un estúpido varado en el medio de una carrera. Papá pone un par de toallas sobre mi espalda para evitar que me congele. Ya estoy congelado del horror ,quiero decirle. Toco mi frente tratando de encontrar de donde proviene exactamente el dolor. Logro palpar algo que se parece mucho a un chichón. Ouch. Podría ser peor, pienso.  


-Claro que no vamos a casa, te llevo al hospital. ¿Por qué siempre terminas golpeado, sangrando o inconsciente?, no voy a llegar a viejo Lucas. Créeme.  


Todavía no viste nada, pienso. Me abraza y sostiene mi cuerpo mientras vamos al vestuario. Estoy horrorizado, es mas vergonzoso de lo que pude llegar a imaginarme jamás. Supongo que es hora de que los demás vean que no soy líder de nada.  


-Puedo caminar, papá. Podes soltarme- digo con cierta irritación.  


-Te abrazo más por mi mismo que por vos, casi muero del susto -contesta honestamente. Lo dejo pasar, no se me ocurre que decir a eso.  


Lucas. Lucas. Escucho a alguien gritar atrás mío.  No llego a entrar al vestuario, conozco esa voz. Doy la vuelta y prácticamente Anna se tira arriba mío ignorando que estoy completamente empapado.  


¿Estas bien?- la escucho decir en mi oído. Ya me olvide de porque estaba frustrado y dolorido. Su voz hace que todo lo demás desaparezca. Se deshace de mi abrazo como sintiéndose incómoda de repente. Me doy cuenta que esta mirando a papá.  


-No es nada, solo un golpe. ¿Qué estás haciendo acá?. Te deje en tu casa hace un rato -pregunto ignorando a todos los que nos miran absortos.  


-Me dejaste en casa hace dos horas ya, tenía que venir a la biblioteca. Lo encontré a Cristian en el camino y me conto que te habías desmayado. ¿Por qué siempre terminas inconsciente? -Pregunta mas como reproche que otra cosa. Descubro que de ella no me molesta. Puede reprocharme lo que quiera.  


-Es la pregunta del día -lo escucho responder a papá. Por un momento casi olvido que sigue acá.  


-¿Lo va a llevar al hospital Elias? -Anna se dirige a él. Lo veo asentir. ¿Tengo voto en que hacer con mi vida o van a seguir decidiendo ellos?.  


-¿Te veo después? -digo aceptando el hecho de que voy a terminar yendo al hospital. Veo que Anna mira incómoda a papá y luego a mi. Supongo que tiene miedo de lo que el pueda o no saber. Lo se porque por lo general yo me siento así. Estoy tan cansado de eso. Tan cansado de todo.  


No se que demonio se apodera de mi pero sin pensarlo tomo su rostro con ambas manos y la beso. Ella se queda inmóvil por la sorpresa pero me lo devuelve un segundo después. Me despego de sus labios un segundo para dedicarle una sonrisa.  


-Por cierto papá, creo que no te presente a mi novia -digo ante la sorpresa de Anna...y la mía.  



No hay comentarios:

Publicar un comentario